España, junto con Croacia, son los países del mundo donde mayor número de trasplantes se hacen, y por tanto, son los países donde se reciben mayor número de donaciones. Los españoles y croatas son generosos porque entienden que los órganos sanos de sus seres queridos ya fallecidos pueden ayudar a vivir a otras personas que no guardan mayor esperanza de vida que una donación.
Se trata de un tema muy controvertido por lo que supone para los familiares. Quizás sea por la herencia cultural adquirida, por un sentimiento de culpa, por una cuestión etico-moral o por la idea de profanar el cuerpo de un familiar, lo que lleva a mucha gente a la cerrazón y no querer hablar del tema.
Lo cierto es que el amor que se profesa a un ser querido es tan fuerte y su muerte un sentimiento tan desgarrador que en ocasiones no reaccionamos a tiempo para realizar un gesto tan humano y natural como es donar un órgano de una persona fallecida a una persona que lo necesita para poder vivir.
Tampoco ayuda mucho conocer el tratamiento que reciben muchos de estos cuerpos cuando son "donados a la ciencia". Muchos conservamos en la retina imágenes durísimas de cuerpos hacinados y en descomposición en las morgues de algunas universidades prestigiosas.
Sin embargo, debemos considerar que se tratan de hechos aislados y puntuales y pensar que, gracias a la donación, se han podido desarrollar importantes estudios cuyos resultados nos han beneficiado a todos.
Durante 2016, se realizaron en España 13 trasplantes diarios. Por órganos, se realizaron un total de 2.905 trasplantes renales, 1.162 hepáticos, 299 cardíacos, 294 pulmonares, 97 de páncreas y 12 intestinales. Pero, ¿se realizan suficientes donaciones de cerebros?
Es claro deducir que las donaciones se realizan en gran medida sobre órganos concretos conscientes del valor que tienen para enfermos algunos en fase crítica. Aunque, por otro lado, cabe destacar el elevado número de cuerpos donados a distintas universidades españolas en los últimos años, debido en parte al coste del sepelio.
Las enfermedades neuronales tales como el autismo, alzheimer, parkinson, síndrome de down, y un largo etcétera son las grandes incógnitas que le queda aún por descubrir a la ciencia. Cada donación es valiosa en cuanto tienen la posibilidad de proporcionar tejido a cientos de investigadores en aras de la comprensión de estas enfermedades. Son una oportunidad única para realizar estudios y sacar conclusiones que ayuden a prevenir y tratar un mal del que sólo toma conciencia quienes lo padecen y todos los que le rodean.
SaeculumNovum
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